Cuatro momentos estelares
de Chile

Por José Piñera
 

Por todo el mundo se me pregunta “cuándo y cómo se salvó Chile”.

Mi respuesta es que hubo cuatro momentos estelares (“instantes dramáticos, preñados de destino”, Zweig) que salvaron a Chile en el siglo 20:

1) El 22 de agosto de 1973 la Cámara de Diputados aprobó un Acuerdo que acusó al Presidente Allende de cometer veinte violaciones a la Constitución y a las leyes con el objetivo de establecer una dictadura comunista en Chile. El Acuerdo llamó a las Fuerzas Armadas a poner “inmediato término” a esta situación, y ellas, 18 días después, removieron al gobierno que había violado los derechos individuales de todos los chilenos y establecieron un gobierno transitorio de reconstrucción nacional.

2) El 24 de abril de 1975 el nuevo gobierno decidió aplicar un modelo económico liberal que, marcando un quiebre radical con el esquema estatista y proteccionista que caracterizó la economía chilena por cincuenta años, permitió iniciar la ruta al desarrollo y la eliminación de la pobreza.

3) El 8 de agosto de 1980 el mismísimo gobierno inició un inédito proceso de redemocratización desde adentro. Tras la creación de las necesarias “instituciones para la libertad”, este proceso culminó el 11 de marzo de 1990 con el traspaso pacífico y constitucional del poder ejecutivo y legislativo a las autoridades políticas elegidas de acuerdo al itinerario, las etapas y las normas definidas en la Constitución de 1980.

4) El 4 de noviembre de 1980 el gobierno liberador aprobó la creación del sistema de pensiones de capitalización individual y así inició una verdadera revolución en la relación entre los individuos y el Estado, que transformó a cada trabajador en un propietario, y dio un gigantesco salto adelante para descentralizar el poder económico, social y político.

Una vez que maduraron las grandes reformas estructurales realizadas en el sexenio 1975-81, el país comenzó a crecer a tasas anuales promedio de 7%. En el período 1986-95, Chile dobló su PIB y, en los años siguientes, alcanzó el mayor PIB per cápita de América Latina. Subieron fuertemente las remuneraciones, cayó el desempleo, se redujo la pobreza, se creó una amplia clase media, y se produjo un cambio de mentalidad que posibilitó la consolidación y profundización del camino liberal.

Pese a que la revolución liberal chilena fue realizada en circunstancias históricas excepcionales y dificilísimas, concluyó con un extraordinario triunfo. Chile es hoy no sólo una democracia viable, sino también el país No 5 del mundo en libertad económica, y cerca de convertirse en país desarrollado.

La causa fundamental de este éxito fue el poder de una idea y la existencia de un equipo de chilenos dispuestos a enfrentar inmensos obstáculos y, contra viento y marea, dar la lucha por esa idea, la libertad integral.

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