Sistema de Pensiones Chileno: Del Mapocho al Potomac

Por José Manuel Silva
[La Tercera, 18 de Febrero, 2005]

Este año se cumplen 25 años desde que el gobierno chileno decidió efectuar uno de los cambios más trascendentes de la historia económica de Chile: la creación del sistema privado de pensiones.

En efecto, el 4 de noviembre del año 1980 se aprobó el D.L. 3500, que instituyó el nuevo sistema previsional caracterizado por cuentas de capitalización individual administradas por las AFP. Se concretaban así meses de arduo trabajo, complejas sesiones de "brainstorming" y estresante lobby entre opositores y detractores, del equipo encabezado por el economista de sólo 32 años José Piñera, quien era el entonces Ministro de Trabajo y Previsión Social y encargado de sacar adelante el proyecto. Este último plasmó su experiencia para la historia en un libro llamado "El Cascabel al Gato" que ningún chileno interesado en conocer la historia más reciente del país debería dejar de leer (se puede bajar gratis desde www.JosePinera.com).

Hoy nadie discute el rol crucial que ha jugado esta reforma en el espectacular desarrollo económico de Chile en este período. Según un estudio efectuado por economistas del Banco Central de Chile, casi un cuarto del crecimiento del país podría explicarse por esta reforma. Los fondos acumulados en las AFPs equivalen a más del 60% del PGB chileno y están invertidos en los principales activos financieros chilenos e internacionales. Si cientos de miles de familias chilenas pueden comprar sus casas endeudándose a 20 o 25 años ( y por la tanto pagando dividendos inferiores a un arriendo equivalente), esto se debe a que las AFP compran las letras hipotecarias emitidas por los bancos.

En el fondo son los ahorros previsionales depositados en las AFP los que financian la vivienda privada en Chile. Lo mismo ocurre con las famosas concesiones de autopistas. Esos espectaculares caminos que los chilenos empezamos a gozar han sido financiados en gran parte emitiendo bonos de muy largo plazo que son comprados por las AFPs o las compañías de seguros de vida (las que administran las rentas vitalicias de los jubilados del nuevo sistema). Sin DL 3500 no hay concesiones camineras.

Lo mismo podría decirse del desarrollo e inversión de decenas de grandes empresas chilenas que generan miles de empleos. El empuje empresarial unido a la disponibilidad de dineros con perspectiva de largo plazo (por definición los ahorros previsionales son así) ha permitido el desarrollo de empresas como Falabella, Metrogas, DyS o Endesa. Si uno analiza las carteras de inversión de los fondos de pensiones chilenos (información pública disponible en la página web de la superintendencia de AFPs, www.safp.cl) se encontrará que ellas han adquirido los bonos o acciones de las mayores empresas chilenas financiando así sus proyectos y ayudando al crecimiento del país.

Chile es el único país de Latinoamérica que cuenta por ahora con financiamiento de largo plazo en moneda local. Eso le ha dado una ventaja competitiva al país en la región, ventaja que se ira agotando en la medida que maduren los sistemas de AFP de Perú, Colombia o México. En definitiva el nuevo sistema previsional ha contribuido a desarrollar al mercado de capitales chileno, herramienta clave para canalizar el ahorro de las personas hacia la energía creativo-empresarial.

Todos estos son los beneficios más tangibles del nuevo sistema que finalmente ayuda a pagar pensiones muy superiores al antiguo esquema de reparto. Sin embargo hay un beneficio oculto: el haber desmantelado el antiguo sistema previsional de reparto que habría terminado por quebrar al estado chileno y por lo tanto al país. José Piñera, en el Cascabel al Gato, cita al ex presidente Frei Montalva que ya el año 1968 señalaba: "Hay dos mil leyes sobre previsión en Chile.

Piensen ustedes lo que eso significa. Dos mil leyes previsionales, más los reglamentos, más los acuerdos de las cajas, es decir, una monstruosidad que va en aumento. En la ley de reajuste de 1966 se introdujeron 46 nuevas normas previsionales. 44 el año 1967 y 1.234 el año 68. O sea que en sólo tres años a las dos mil leyes previsionales se le han agregado como mil trescientas nuevas disposiciones previsionales. Sin embargo, el ejecutivo no tiene medios de parar esta monstruosidad. En cada grupo de previsión hay muchas leyes con nombre y apellido. En Chile hay 30 cajas de previsión y 70 servicios de bienestar en organismos complementarios de seguridad social... Sin embargo, lo que es más grave es que en este país estamos gastando el 18,1% del producto nacional en previsión.

Vamos a terminar en un país de jubilados. Seis mil millones de escudos está costando la previsión y su administración y ésta es tan dispendiosa que el 13% de esos seis mil millones se gasta en administración. O sea, se están gastando 800 millones de escudos en administrar la previsión".

Es justamente esta capacidad de ponerle el cascabel al gato y desmantelar un sistema previsional que no incentiva al ahorro y esfuerzo individual y que tiene la capacidad de hacer quebrar al fisco más austero lo que vió en el sistema chileno el presidente Bush quién se ha propuesto cambiar el sistema previsional norteamericano por uno parecido al chileno.

José Piñera junto al centro de estudios norteametricano "Cato Institute" (www.cato.org) han sido claves en poner este tema en el centro de la agenda política norteamericana. El antiguo sistema previsional norteamericano instaurado por el presidente Roosevelt comenzará a tener déficits el año 2018. Se estima que su pasivo no financiado asciende a 2,5 veces el PGB de Estados Unidos. La razón es simple. Cuando se creó el sistema en los años treinta habían más de 16 trabajadores por cada jubilado, hoy hay 3,3 y el año 2020 habrán sólo 2. Las personas cada vez viven más y esto se espera que siga mejorando, las familias tienen menos hijos. En el fondo, la demografía y los avances en salud son la bomba de tiempo que harán estallar todos los sistemas de pensiones de reparto. Si Bush logra desactivarla pasará a la historia de su país y el mundo, al igual que una idea que viajó exitósamente desde el Mapocho al Potomac.

 

 

2010 © www.josepinera.org